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Mostrando las entradas de marzo, 2018

Lenguaje de brazos

Soy un fiel creyente que la vida es una batalla tras otra. Cómo en época de imperios, el humano es como el emperador que enfrenta contrincantes muy seguido, tratando de mantenerse y seguir conquistando todo tipo de áreas. Pero como tal, no puede conseguir las victorias solo. Se necesita de ayuda externa o contar con un simple apoyo, para no cometer errores de los cuales uno no puede verlos con facilidad. Y si bien, hay muy buenos consejos, existen otros que van con muy mala intención. Esos son los que uno les cuesta olvidar y arrancar de los más intimo de uno mismo. Pero eso está en la decisión de uno en darle el valor que les brinda a esos dichos. Porque las palabras son invisibles y suelen llevárselas el viento. Lo que debemos atesorar en nuestros mejores recuerdos, son esos abrazos de esas personas en los momentos que más nos hacía falta. El lenguaje de los abrazos fuerte se destaca del resto en que son sinceros y que no se razona mucho al hacerlo. Hay momentos donde uno no tiene

Lo que vemos, escuchamos y decimos somos

Últimamente en Argentina, hay un despertar de orgullo y prejuicio en las personas. Quizás por influencia de las pujas políticas, en la cuál se levantan defensores de partidos políticos, pero no militantes. Prefieren dar su opinión y crítica, sentados en sus sillones con el celular en mano. Si alguien opina diferente, es el blanco de insultos y tratar de defenestrarlo. Matarlo en la moral, para que se retracte o huya de la pelea. Si otra persona da apoyo a los dichos de uno, alienta a dar más críticas y mucho más agresivas. Parece que es obligatorio llegar al extremo con lo que uno dice y no aceptar respuesta alguna, por miedo a demostrar debilidad. Generalizar todo malestar, denigrando a quienes no son de la simpatía de uno. Acusarlo de ser un ignorante por no saber lo que uno sabe. Es claro que el valor de la conversación y respeto ha quedado en el pasado. El avance tecnológico y el surgimiento de las múltiples redes sociales han incrementado el abuso de libertad de agresión en luga

Un mal día, una buena noche

Hoy fue un día para el olvido para él. El despertador no sonó en la hora que debía hacerlo. Su desayuno fue solo un vaso de leche fría y cruda, nada exquisito. Las agujas del reloj de su muñeca retumbaban en su cabeza, como si fuesen martillazos. Sus ojos mostraban nerviosismo y del apuro, no le dio importancia a su indumentaria arrugada y mal abotonada. Al llegar a la parada del transporte público, la fila de personas esperándolo era muy larga. En sus pensamientos buscaba la excusa perfecta para poder enfrentar a las autoridades de su trabajo. Cuando creía haber llegado a la mejor idea, la anciana de atrás suyo tomo su brazo solicitando su atención. Fue así como esa idea se desvaneció y su concentración fue dirigida a la inquietud de la señora. Con el lema “podría ser mi madre”, acudió a responder su duda. No era un gran dilema, solo si el colectivo que esperaban la acercaba a un lugar turístico muy popular. Luego de varios minutos, logro subir al transporte, pero no pudo ubicar asi