Reciclable
Eran las 3
de la madrugada y el semáforo se ha puesto en rojo. El camión freno y él parado
en la parte de atrás aferrado a la barra para no caerse. El frío penetraba por
sus piernas cada vez que frenaban. Su ropa estaba sucia y el hedor de la basura
recolectada, ya no era de desagrado. La costumbre diaria le hizo perder el
olfato ante esas situaciones. Esos segundos en aquella esquina duraron horas en
su mentalidad. Estaba ansioso por el acontecimiento del día siguiente. Su única
hija terminaba el secundario con las notas más altas de la institución y había obtenido
una beca para una de las mejores universidades privadas por ganar un evento
interescolar. Ella estaba cumpliendo el sueño perdido de su padre que, por la
necesidad económica y la falta de apoyo moral, ha abandonado sus estudios en su
niñez. Pero el día que ella nació, se juró que no la obligaría pasar por todo
lo que él vivió. En común acuerdo con su pareja, se han esforzado para que la
niña sea la persona que levante el apellido en alto y cambie el rumbo de la
historia familiar. La que haría que al pronunciarse el apellido no se lo
relacione con el fracaso, con la vulgaridad y el desprecio de la sociedad. Él
no era un letrado, lo único que había aprendido en la vida era ser persistente,
cuidar su trabajo y poder tener un plato de comida cada noche en familia. Se
puso el color verde y el rodado acelero para seguir con el trayecto hasta
culminar la jornada laboral de esa noche.
Al otro
día, luego de haber dormido menos de lo que hacía a menudo, se bañó y
estrenando prenda que había comprado en los últimos días, se paró en la puerta
del humilde cuarto de la adolescente que se preparaba para el evento de su vida
junto a su madre. Ambas se miraban y sonreían de manera tímida. Él las
observaba con felicidad, que no le importaba tener que salir corriendo una vez
terminado el evento para no llegar tarde a su trabajo. Los tres partieron rumbo
a la entidad escolar en colectivo. La joven de los nervios no soltaba la mano
de su padre. Al llegar, ella cumplió con todo el protocolo del evento que había
sido indicado con anterioridad por parte de los maestros. La ceremonia había
salido a la perfección y los padres se habían emocionado como el día que nació
la joven que cerraba la etapa de adolescencia y le aguardaba la adultez con las
responsabilidades que ella requiere. Él se despidió de ambas mujeres con un
beso y un abrazo y se dirigió a su trabajo con su ropa elegante. Al llegar, sus
compañeros asombrados por su vestimenta murmuraban a que se debía. Él sólo se
relacionaba con uno de ellos, que supo mantener el secreto y en voz baja lo
felicitó por su hija. Orgulloso, solo sonrió. Se detuvo al observar uno de los
afiches colgado en la pared del vestuario. Notó que como algunos desechos
pueden ser reutilizados por el proceso del reciclaje, la historia de su linaje
se estaba reciclando por medio de su hija. Y que no haber podido cumplir su
sueño no le causaba tristeza ante la alegría de haber visto el crecimiento exitoso
de su hija. Ese era su mayor sueño y se estaba haciendo realidad.
Excelente me encanto... emocionante relato 👏👏👏👏
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