Hoy no, mañana
A él le
gustaba tener todo bajo su control. No le gustaba las sorpresas y huía de todo acto
desconocido. Cuando sus amistades le proponían una salida, siempre consultaba
quienes iban a participar de ella y de haber alguien desconocido, inventaba una
historia para evitar ir. En su trabajo se limita a sus simples tareas, sin
desear un crecimiento y nuevas responsabilidades. Y cada vez, le agradaba más
la soledad, frente a su televisión, viendo sus series favoritas. Era de su
preferencia, porque no aceptaba opiniones al respecto. Las únicas personas que
no evitaba eran sus familiares, aunque solía hacerlo como un acto de presencia
y obligación. Odiaba lo bien que le iba a su hermano con su familia ejemplar y
que vivía proponiéndole oportunidades. Ante estas, él solía pensar que eran un
acto de mentira, que con el tiempo aseguraba que su hermano lo traicionaría. Este
cansado de su actitud negativa, le puso de apodo “el rey de las excusas”. Eso
le molestaba, aunque antes de dormir meditaba en él y sabia que era cierto. Su
personalidad le dificultaba la tarea de querer estar en pareja. Era muy
orgulloso y no aceptaba contradicciones. Cada día que pasaba, más sólo se encontraba.
Tan amargo eran los minutos de su vida, que no aparentaba la edad que tenía.
Parecía mucho mayor. El ceño fruncido era una característica de él. Su sonrisa no
se veía hace mucho y también se perdió el sonido de su carcajada en el tiempo.
Pero todo
acto tiene su causa y consecuencia. Un día llego una boleta del servicio de
internet con un fuerte aumento. Él ya venía de unos días terribles, pero
estalló de ira al ver lo que debía pagar. Los ojos se le desorbitaron y su
brazo se le estaba paralizando. El corazón parecía salir de su pecho ante
tantos latidos a mayor velocidad. El paro cardíaco se estaba presentado, luego
de tantos avisos. Cayó desplomado sobre la alfombra de la sala central. Sólo,
sin que nadie pueda ayudarlo como resultado de su malestar por su entorno.
Pasaron las horas y su alma salió de su cuerpo y veía con mucha tristeza al
cuerpo fallecido. Ella deseaba volver a él y poder arrepentirse de todo lo que
había vivido. Cambiar su modo de actuar ante los demás, pero ya era tarde…
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